Atencion estos son los riesgo que puede corre la piel y tu cara cuando fuma.

Tabaco y polución: Es el segundo tóxico, después del sol, mejor estudiado en la piel. Los estudios epidemiológicos realizados hasta la fecha confirman que el riesgo de arrugas de las mujeres fumadoras es casi el triple respecto a quienes no consumen tabaco y el doble en el caso de los hombres. Hoy aproximadamente fuma un 38,8% de la población femenina española mayor de 15 años y un 30% de la masculina. En los últimos 14 años, el principal incremento del consumo de tabaco en España se ha producido en la población femenina.

La piel humana está expuesta a los efectos del humo del tabaco de una forma directa, por contacto del humo ambiental con la piel, e indirecta, por la llegada vía sanguínea de las sustancias tóxicas procedentes del humo del tabaco inhalado.

Efectos biológicos del tabaco

Aumenta los radicales libres, elementos químicos que dañan las membranas de la células, llegando a destruir y mutar su información genética, afectando también las arteriolas de dermis y epidermis que compromete la irrigación y nutrición por la sangre. Esta situación condiciona enfermedades, el envejecimiento prematuro de la piel y la destrucción de los tejidos cutáneos del rostro.

Produce envejecimiento de la piel. El tabaco altera el equilibrio entre la elastasa y su mayor regulador, el inhibidor de la alfa 1-proteinasa, con un incremento de la liberación de la elastasa por los neutrófilos y los macrófagos y una inactivación por oxidación de su inhibidor. Todo ello ocasiona un incremento de la actividad de la metaloproteinasas en la piel, rompiendo las fibras elásticas que soportan la piel y le confieren su resistencia. La acumulación de desechos de elastina en la dermis va seguida de una degeneración del colágeno que la rodea.

En el momento en que la piel trata de cicatrizar por sí misma, el colágeno nuevamente sintetizado reaparece de forma imperfecta, lo que conduce a una agresión de la dermis y a la distorsión de la piel; este conjunto de fenómenos desemboca en la formación de arrugas. Disminuye la oxigenación de los tejidos y por tanto de la piel. La nicotina provoca vasoconstricción y una disminución de la circulación periférica. El monóxido de carbono del humo, al ser 200 veces más afín por la hemoglobina que el oxígeno, restringe la capacidad de transporte de oxígeno por la sangre y la cantidad del mismo que llega a los tejidos periférico.

Envejecimiento de la piel por el tabaco

“Los cambios causados por el humo del tabaco suelen manifestarse a partir de los 35 años y son directamente proporcionales al grado de consumo”, como afirma el dermatólogo Just-Saboré en una revisión que publicó en mayo de 2008 en la revista de la Academia Española de Dermatología (AEDV), ‘Actas Dermosifiliográficas’.

– Arrugas de la cara. 

Piel seca y atrófica – Cabellos resecos y quebradizos.

Fumar un cigarrillo produce vasoconstricción durante 90 minutos y, por fumar un cigarrillo, el flujo de sangre digital llega a disminuir un 42%. En conclusión, antes de un acto quirúrgico y después del mismo no se debe fumar, debiendo ordenar al enfermo que suprima el tabaco de una a tres semanas antes y cuatro o cinco semanas después de la operación.