¿Cómo evitar la depresión en personas mayores?

A lo largo de la vida, todos pasamos por momentos o épocas en las que nos encontramos más tristes o “decaídos”, pero forma parte de la vida. Lo preocupante, es cuando se está deprimido durante mucho tiempo sin percibir ningún tipo de cambio en el estado de ánimo o, sentir que se va a peor, son síntomas de algo más preocupante. La depresión en personas mayores se da en un estadio especialmente delicado, complejo y crucial de la vida, cuando se están produciendo cambios en la fisiología, el cuerpo, el cerebro y la psique de la persona, que conducen a lo que conocemos como tercera edad.

Según la Organización mundial de la Salud (OMS) la depresión es la primera causa de discapacidad a nivel global y la segunda causa de enfermedad en las personas mayores. El 13 de enero, cuando se celebra el Día Mundial de la Lucha Contra la Depresión, debemos poner todos nuestros esfuerzos en la prevención de este trastorno entre las personas de avanzada edad, en particular, grupo al que impacta de forma más significativa.

Son muchas las razones por las que la depresión en personas mayores no se trata. Cuando una persona va envejeciendo los síntomas de la depresión son diferentes a cuando se es joven. Se pueden manifestar cono un aumento de la fatiga, o pueden ser vistos como malhumor e irritabilidad. Es muy habitual que los síntomas depresivos en personas de avanzada edad se entrelacen de algún modo con la ansiedad e incluso con episodios de cólera, razón por la cual es necesario que demos un tratamiento distinto a esta dolencia psíquica y emocional en las personas ancianas, ya que posee unas características peculiares entre los adultos mayores, que la diferencian de los síntomas depresivos en otros espectros de edad.

Por todo esto, es muy difícil de diagnosticar la depresión en adultos mayores, muchos de los problemas de la atención causados por ella pueden parecerse a la enfermedad de Alzheimer o a otros desórdenes cerebrales. Para prevenir, curar y saber tratar tales síntomas depresivos y, en definitiva, evitar la depresión en personas de edad avanzada, es absolutamente necesario que aprendamos a distinguirla de otras patologías, tales como las demencias. Además, muchos de los cambios de humor y de más síntomas de la depresión viene causados por medicamentos como los que se toman para la artritis, la hipertensión arterial o para las enfermedades del corazón

Lamentablemente, es común en los pacientes con enfermedades graves como cáncer, diabetes, enfermedades cardiacas, accidentes cerebrovasculares o el mal de Parkinson, que se depriman con mayor facilidad. Se angustian al pensar en cómo la enfermedad cambiará sus vidas. Podrían sentirse cansados y no ser capaces de enfrentar las cosas que les producen tristeza. En estos casos específicos, el tratamiento para la depresión también es muy útil porque les ayuda a sobrellevar los síntomas de la enfermedad, mejorando así su calidad de vida.

¿Cuáles son los síntomas de la depresión en la vejez?
Las personas mayores como otros grupos de población, pueden sufrir una depresión, aunque es más difícil de diagnosticar, bien porque no se expresa abiertamente o porque se presenta en forma de enfermedad. En la vejez se dan una serie de causas vitales que pueden desencadenar en este trastorno emocional, sin que ello signifique que todas las personas mayores la desarrollen a lo largo de su vida. Si eres cuidador y trabajas con una persona de avanzada edad o convives con ella, estos son algunos síntomas comunes que nos pueden indicar que estamos ante el inicio de una depresión.

– Tristeza y desánimo: quizá el signo más característico es la tristeza y sensación de vacío que experimenta una persona con depresión sea cual sea la edad que tenga, acompañado de la pérdida de motivación y ganas de hacer actividades que antes les satisfacían y ahora no le motivan. – Pérdida de energía: síntomas como la fatiga, letargo, pocas ganas de socializar, lentitud de movimientos, gesticulación lenta… pueden aparecer. – Dificultad para concentrarse: problemas de concentración y para tomar decisiones. – Problemas de sueño: alteraciones a la hora de dormir, cambio de horarios de sueño que se traducen en dormir poco o demasiado. – Cambios en el apetito: es común que aparezcan cambios en la alimentación, el apetito y el peso de la persona que normalmente asociamos a otro tipo de enfermedades o problemas físicos, sin pensar que puede tratarse de depresión.

8 consejos para evitar la depresión en personas mayores

Apoyo y comprensión familiar La familia juega un papel fundamental en el día a día de la persona mayor, al encontrarse en una etapa de la vida donde se encuentra ya más vulnerable, limitado y dependiente. En este sentido, resulta fundamental escucharlo y tratarlo con mucho cariño. En muchas ocasiones, la irritabilidad y el malhumor que surge en las personas mayores viene dada como forma de llamar la atención, reclamando cariño. Es fundamental, si vives con una persona mayor pasar tiempo con ella y hacerla sentir y motivada para que viva la vejez con naturalidad y buen humor.

Si tienes horarios de trabajo imposibles y dedicarle ese momento a tu familiar mayor no resulta sencillo, es bueno acudir a cuidadores profesionales, debido a que ellos cuentan con una amplia experiencia y saben cómo dar la mejor asistencia sociosanitaria a las personas mayores. Un cuidador profesional debe contar con el bagaje, la experiencia, la trayectoria y las cualidades personales y profesionales (incluidas la vocación y la empatía) para así saber atender adecuadamente a la persona anciana. Para ello, es importante que una buena empresa de servicios con el certificado correspondiente los seleccione aplicando tales criterios. Para tratar la depresión en personas mayores y afrontar el día a día en estas situaciones -no digamos ya cuando se prolongan-, es de gran ayuda contar con un profesional experimentado y especializado.

Mantener contacto con otras personas mayores Muchas de las personas mayores llegan solas a la vejez, habiendo perdido a su cónyuge y sin familia cercana con la que estar o apoyarse. Tal deterioro del entorno social y familiar de la persona es evidentemente perjudicial para su salud psíquica y emocional.

En este sentido, está completamente demostrado que relacionarse con otros adultos mayores es muy beneficioso para la salud emocional de todos ellos, al hacerse compañía los unos a las otros y, además, pueden descubrir todas las inquietudes que comparten, como sentimientos y problemas. No se sienten solos. Para evitar la depresión, es necesario pues, que la persona anciana mantenga relaciones sociales, ya que el aislamiento social es una de las causas primordiales de la depresión, y además su prolongación diaria y cotidiana agrava esta considerablemente.

Para aquellos que no pueden salir de casa, es importante acudir a los servicios a domicilio, puesto que los profesionales saben cómo estimular sus sentidos y prevenir la depresión en los ancianos.

Realizar actividades lúdicas: En la medida de lo posible y asegurándonos de que sea seguro, siempre es conveniente dedicar y disfrutar de un buen momento de ocio, teniendo en cuenta y adaptando las actividades a las capacidades del adulto mayor.

Para combatir los síntomas de la depresión, es muy aconsejable que el anciano participe en actividades de ocio, como talleres de jardinería, costura, manualidades, pasatiempos, ejercicios de memoria, es decir, cualquier actividad que favorezca su estimulación sensorial, emocional y mental. Son muy recomendables las actividades con dinámica de grupos en las que se fomentan las emociones como talleres de risoterapia, terapia de baile o abrazoterapia.

En todas ellas, la persona mayor se sentirá positiva, aceptada y respetada, ayudándole a fomentar su independencia por medio de la expresión. Son actividades saludables que les permiten compartir distintas opiniones.

La depresión en personas mayores muchas veces sobreviene precisamente por la falta de estímulos, razón por la cual debemos crearlos para así prevenir, evitar o combatir esta dolencia.

Practicar ejercicio físico Es una realidad que realizar ejercicio físico dos o tres veces a la semana, es beneficioso para levantar el ánimo, ayuda a mejorar el flujo sanguíneo y ofrece múltiples beneficios para la salud. Y es que, al hacer deporte, el organismo se pone en marcha, activando músculos, huesos, articulaciones y órganos, además de liberar endorfinas y sentirnos relajados y con una agradable sensación de bienestar.

Debemos procurar que el ejercicio esté siempre adaptado a las capacidades del mayor. Si tienes un adulto mayor a tu cargo, asegúrate de que salga a dar un paseo o a nadar de vez en cuando.

Juegos al aire libre Al igual que el ejercicio físico en el exterior, los juegos al aire libre fomentan un envejecimiento sano, ya que combinan parte de ejercicio físico y parte de juego. Por ejemplo, pasar la pelota, mejorar el equilibrio, juego con globos… Cualquier juego de movimiento previene patologías que se acentúan con la edad como pueden ser la artrosis o artritis, además de incrementar la autoestima y fomentar nuevas relaciones.

Seguir una buena alimentación La alimentación es esencial para gozar de una buena salud física y también mental. Hay una serie de alimentos que, por sus componentes y propiedades, pueden prevenir la depresión en adultos mayores. Por ejemplo: el pescado azul, la avena, el arroz integral y la fruta rica en vitamina C como el limón, la naranja y el kiwi. También es muy beneficioso añadir jengibre en nuestros platos, pues ayuda al cerebro a liberar endorfinas.

Una dieta saludable y nuestra beneficiosa dieta mediterránea son un buen antídoto para luchar contra los problemas de depresión y otras patologías que influyen en la salud general de los mayores.

Actividades cognitivas Ejercitar la memoria y prevenir el deterioro cognitivo es muy importante para mantener la lucidez y activo el cerebro. Los ejercicios cognitivos entrenan habilidades como la atención, orientación, lenguaje u otras funciones ejecutorias como planificar u organizar. Estos ejercicios mejoran la concentración en corto tiempo y lo mantienen activo.

Son ejercicios que refuerzan la capacidad mental de la persona mayor, ralentizan el proceso de deterioro del cerebro, aumentan la autoestima y autonomía personal, a la vez que reducen el estrés y evitan la depresión, mejorando la calidad de vida del enfermo y de su entorno más cercano.

Tomar el sol y reír Con el buen tiempo es fundamental que las personas mayores salgan a pasear por zonas verdes y soleadas. Los rayos ultravioletas que absorben nuestro cuerpo hacen que generaremos serotonina, la hormona que hace que nos sintamos más felices y contentos.

Por este motivo, es esencial reírse cada día, con un estado de ánimo positivo independientemente de la etapa de la vida en la que nos encontremos.

Como decíamos al principio, lo más importante es mantenerse cerca de nuestros mayores para prevenir la depresión, pero, al menor síntoma de tristeza, ansiedad, desmotivación, baja autoestima, disminución de las funciones psíquicas, debes acudir a un especialista.