Función del ácido fólico en nuestro organismo.

El ácido fólico, también llamado vitamina B9 o folato, es una vitamina hidrosoluble; es decir, puede ser disuelta en agua. Esta vitamina se encuentra presente en las plantas y en los tejidos animal; como son el hígado, el buey, las legumbres; los cereales de grano y las verduras de hojas verdes.

Funciones del ácido fólico

El ácido fólico pertenece a las vitaminas del grupo B; y su función es ayudar el organismo en el mantenimiento y en la creación de células nuevas. Esta es una función imprescindible durante los procesos de división y crecimiento celular rápido; especialmente durante la infancia y durante el embarazo. Si las mujeres en edad fértil disponen de ácido fólico antes y durante el embarazo; pueden prevenir posibles defectos congénitos medulares y cerebrales que pueden afectar al bebé; cono la espina bífida.

La vitamina B9 es necesaria para la replicación del ADN y la deficiencia de esta vitamina puede dificultar ña división y la síntesis celular; lo cual repercute principalmente en la medula ósea; donde las células sanguíneas se forman. Esa interviene en el desarrollo del sistema nervioso. Esta desempeña un papel fundamental junto a la vitamina B12 para la producción de los glóbulos rojos; consiguiendo de esta manera la prevención de enfermedades como diversos tipos de anemia.

La deficiencia de ácido fólico puede provocar los siguientes síntomas:

  • Diarrea.
  • Irritabilidad.
  • Trastornos de la conducta.
  • Debilidad.
  • Retraso en el crecimiento.
  • Úlceras bucales.
  • Dolor de cabeza.
  • Glositis.
  • Taquicardia.

Fuentes alimentarias

La mejor manera de obtener vitamina B9 es manteniendo una alimentación variada; la cual debe de contener una amplia cantidad de alimentos saludables.

Por tanto, debes de conocer en cuales alimentos la puedes encontrar. Puedes encontrar la vitamina B9 en los siguientes alimentos:

  • Legumbres (garbanzos, lentejas, etc.).
  • Vegetales de hoja verde (espinacas, coles, escarola y otros tipos de lechugas).
  • Algunos frutos secos.
  • Cereales integrales.
  • Leches y huevos.
  • algunas frutas (melón, plátanos o cítricos).